Rosa Díez y la política del outlet
La
lideresa de UPyD, otrora candidata a las primarias socialistas (cuídense de los
movimientos de Carme Chacón) repartió ayer en 15 minutos de tele un buen puñado
de ofertas electorales. Cabreada más que enérgica, Rosa Díez aprovechó sus
minutos de prime time para recordarle a Toni Cantó que ella sigue siendo la jefa
del partido Rosa. Si hace unos meses aseguraba que había millones de españoles
que son de UPyD pero no lo saben, ayer la vizcaína se dedicó a despertar a esa
otra masa silenciosa de Soraya con perlas como: “hay gente que quiere la
independencia de Cataluña como hay gente que quiere la pena de muerte”. Pasen y
vean cómo funcionan las máquinas de fabricar nacionalistas.
Sin
embargo, si atendemos a su escalada en las encuestas, no parece que a la Unión
le mellen este tipo de declaraciones, algo así como si cuando nos duelen los
bolsillos nos aferrásemos a políticas baratas. Eso hizo ayer Díez, vender el
género a precio de saldo a sus votantes. A veces pareciera que UPyD hubiera
puesto un mercadillo de ocasión en mitad del hemiciclo para vender propuestas a
cual más barata y llena de taras: la manguera extensible de la democracia. Y la
entrevista con la jefa de los magenta fue como ver MarcaTv, que se ha quedado
sin programas y ahora ya sólo emite en bucle la teletienda.
Las
píldoras de demagogia (al progreso no se le espera) se acumularon en los
titulares que escupía twitter de noche: “hay que estar en contra de los
profesionales de la política pero no de los políticos profesionales”, espetó la
vasca ante Ana Pastor. Y no digan que no tiene gracia que lo diga una mujer cuyo
primer cargo público fue en el año 1987. Como si los miembros de esa casta
política se abrazaran entre sí, llamó la atención la defensa de Rosa Díez a la
oda al “Relaxing cup of café con leche” de Ana Botella: “Saber inglés no tiene
que ser un requisito fundamental”, aseguró frente a una audiencia a la que le
piden el manejo del idioma hasta para poco menos que para vender hamburguesas.
“Nos tienen que juzgar por el resultado que damos o el trabajo que
desarrollamos, no por la preparación”, añadió.
Hay
que reconocer que la vasca se mueve bien por el centro del campo. La política
pivotó por las preguntas, recibió y tocó en corto a los votantes de la
derecha: ”El PP no es ajeno a ciertas reivindicaciones ciudadanas, y muchos de
sus votantes quieren que su partido se comporte de otra manera”, ofertó a los
indignados genoveses para demostrarles que ya ha empezado la semana fantástica
de la derecha. Poco original, esos ánimos por renovar al Partido Popular ya se
la habíamos oído antes alguien con bastante más carisma. Al fin y al cabo, si
para algo sirvió la entrevista de ayer fue para demostrar que Rosa Díez es la
marca blanca de Esperanza Aguirre.
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