El Gobierno manchego pide a los directores de los centros
tratamiento especial para el horario de religión
El viceconsejero de Educación, concejal a su vez de un pueblo
donde se ha suprimido el transporte escolar, sugiere también “mimar” a los
profesores de la Iglesia
CARLOS ISERTE | 16/09/2013
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Parece
broma, pero es muy serio; parece el argumento de una cámara oculta, pero hay
circular que lo acredita (ver documento). El caso es que el Gobierno de Castilla-La
Mancha que preside María Dolores Cospedal ha enviado una carta a los directores
de los centros de Educación Secundaria exigiéndoles un tratamiento preferencial
para el horario de la asignatura de religión, además de un “mimo” especial para
los profesores que todos los años coloca por la puerta de atrás la Iglesia de
Rouco Varela, sin oposiciones, sin titulación contrastada, sin idoneidad
pedagógica…pero, eso sí, cobrando igual que un funcionario docente que ha
aprobado su respectiva oposición, pasando previamente por varios años de
angustiosa e incertidumbre interinidad.
¡Abajo
las matemática! ¡Viva el Espíritu Santo!
Aunque la responsable directa de esta preocupante decisión es la propia presidenta Cospedal y su fiel escudero, el consejero de Educación, Marcial Marín, ambos han necesitado de una mano ejecutora para llevar a cabo tamaño desaguisado, encontrándola en el viceconsejero de Educación, Universidades e Investigación, José Jaime Alonso Díaz-Guerra, firmante de la circular en la que recuerda que la “enseñanza de la religión católica se realizará en los mismos términos y con los mismos efectos que la de las otras materias del bachillerato”. O lo que es lo mismo, el segundo de Marín viene a decir que las matemáticas son igual, o menos importantes, que el misterio del Espíritu Santo.
Aunque la responsable directa de esta preocupante decisión es la propia presidenta Cospedal y su fiel escudero, el consejero de Educación, Marcial Marín, ambos han necesitado de una mano ejecutora para llevar a cabo tamaño desaguisado, encontrándola en el viceconsejero de Educación, Universidades e Investigación, José Jaime Alonso Díaz-Guerra, firmante de la circular en la que recuerda que la “enseñanza de la religión católica se realizará en los mismos términos y con los mismos efectos que la de las otras materias del bachillerato”. O lo que es lo mismo, el segundo de Marín viene a decir que las matemáticas son igual, o menos importantes, que el misterio del Espíritu Santo.
“Pobres”
profesores católicos
En la misma circular, el mismo “mandao” recuerda a los directores de los institutos castellano-manchegos que los profesores de la religión católica deben tener un “horario más concentrado” para facilitarles su labor “docente”, insistiendo en equiparar la religión con las matemáticas o con la lengua: “En la confección de los horarios, los centros tendrán en cuenta que deben dar un tratamiento homogéneo a todas las materias que cursa el alumnado (incluida religión)”, recoge la circular.
En la misma circular, el mismo “mandao” recuerda a los directores de los institutos castellano-manchegos que los profesores de la religión católica deben tener un “horario más concentrado” para facilitarles su labor “docente”, insistiendo en equiparar la religión con las matemáticas o con la lengua: “En la confección de los horarios, los centros tendrán en cuenta que deben dar un tratamiento homogéneo a todas las materias que cursa el alumnado (incluida religión)”, recoge la circular.
Siete
kilómetros andando
Si a todo esta extravagante situación le añadimos que el viceconsejero en cuestión, el “mandao” Jaime Alonso, es primer teniente de alcalde de la localidad toledana de Fuensalida, un ayuntamiento donde siempre ha gobernado la derecha, y que consiente que una veintena de alumnos acuda a clase andando, recorriendo siete kilómetros de ida y otros tanto de vuelta, porque el consistorio dice que es competencia del Gobierno de Cospedal, entonces la extravagancia se convierte en indignación, porque nadie entiende que el viceconsejero de Educación, concejal en el citado municipio, se culpe a sí mismo de la situación de estos niños, recogida recientemente por las cámaras de La Sexta.
Si a todo esta extravagante situación le añadimos que el viceconsejero en cuestión, el “mandao” Jaime Alonso, es primer teniente de alcalde de la localidad toledana de Fuensalida, un ayuntamiento donde siempre ha gobernado la derecha, y que consiente que una veintena de alumnos acuda a clase andando, recorriendo siete kilómetros de ida y otros tanto de vuelta, porque el consistorio dice que es competencia del Gobierno de Cospedal, entonces la extravagancia se convierte en indignación, porque nadie entiende que el viceconsejero de Educación, concejal en el citado municipio, se culpe a sí mismo de la situación de estos niños, recogida recientemente por las cámaras de La Sexta.
Sin
novedad en el frente educativo
Ateniéndonos a esta esperpéntica circular
no es de extrañar que el consejero Marín haya catalogado de “normalidad” el
inicio del curso escolar en Castilla-La Mancha, siendo contestado desde todos
los frentes, sobre todo desde el sindicato de CC OO, donde le recuerdan que “no
es normal” que se hayan despedido a 5.000 docentes, que la plantilla de Infantil
se haya recortado en un 7%, la de Primaria en un 12% y la de Secundaria en un
17%, “mientras que el número de alumnos no ha dejado de aumentar”, añaden, “el
54% por ciento de los centros docentes de la región no tiene aún personal de
limpieza”. Tratamiento aparte recibe la situación de las familias que no pueden
comprar los libros de texto porque Cospedal suspendió su gratuidad, o que no
pueden llevar sus hijos a los comedores escolares porque el PP
castellano-manchego ha incrementado sus precios hasta niveles insostenibles para
una familia media, escenario que alcanza el drama si alguno de sus miembros está
en paro.
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